¿Cómo un día cualquiera se convierte en un día de fiesta nacional?
Aunque España es un estado aconfesional, hay ciertas festividades católicas que se han quedado para siempre en nuestro calendario y la razón se debe no más que a la tradición y posteriormente a un acuerdo establecido en 1979 entre el Estado y la Santa Sede sobre asuntos jurídicos.
El jueves santo, el 15 de agosto, el 1 de noviembre, el 8 de diciembre o el 25 de diciembre, son algunos ejemplos de festividades católicas arraigadas en nuestra vida cotidiana y reflejo de la estrecha relación entre la Iglesia y el Estado a lo largo de la historia, no solo en nuestro país, si no en, prácticamente, toda Europa.
Aunque, concretamente, la festividad del 8 de diciembre en España tiene un origen más bélico que religioso y está ligado al “milagro de Empel“, una batalla que transcurrió los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la guerra de los 80 años en la que un Tercio del ejército español se enfrentó y derrotó en condiciones muy adversas a una flota de cien barcos de los Países Bajos.
Grabado de la batalla de Empel por Frans Hogenberg (Dominio Público) |
Durante la batalla, los tercios españoles fueron acorralados y se refugiaron en el punto más alto de la isla: el monte de Empel.
“Mientras cavaba una zanja, un soldado encontró una imagen de la Inmaculada Concepción pintada sobre una tabla. El hallazgo tuvo un efecto revitalizador y llenó de consuelo a las tropas católicas […] El día 7 se levantó una inusual ola de frío y las aguas del río Mosa comenzaron a congelarse. […] Los fuertes holandeses y los barcos que, debido a las prisas, habían quedado atrapados en el hielo fueron asaltados de inmediato por los aliviados soldados de los tercios”.
El milagro de Empel, Augusto Ferrer Dalmau |
Ante el inesperado ataque de los españoles, los holandeses se retiraron. La victoria se creyó entonces que se produjo gracias a la intercesión de la Inmaculada Concepción.
Desde entonces, la Inmaculada Cocepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles, actual Infantería de España.
Como curiosidad, durante este día los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir una casulla azul celeste para la misa, el color con el que se ha vestido a la Inmaculada en el arte, emblema de la pureza absoluta.